Hay que decirlo con claridad y firmeza.
Los gobiernos de Occidente que se coligaron para inducir la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania y hoy atizan el fuego en lugar de promover una solución negociada del problema, cometen un gravísimo error que puede llevar al mundo a una conflagración sin precedentes de la que ningún país quedará bien librado.
Envalentonado con el apoyo colosal que recibe de Occidente, el Gobierno de Ucrania está llevando el conflicto a una escalada perturbadora. Da la impresión de que se quiere provocar un desenlace que obligue al uso de armamento atómico por parte de Rusia y los Estados Unidos de Norteamérica, lo que sería el principio del fin de la vida sobre la Tierra, como lo reconocen quienes tienen pleno conocimiento de la letalidad nuclear.
Creo que la mayoría de ciudadanos del mundo no queremos eso y nuestros respectivos gobernantes deben sintonizarse con esta posición antes de que sea demasiado tarde. Es indispensable llamar a la calma y la sensatez a fin de reencauzar lo andado hasta hoy, encaminándolo a un diálogo respetuoso y franco de las partes involucradas en el conflicto.
Hay suficientes evidencias del error de Occidente al haberse inmiscuido en el diferendo que enfrenta a Rusia y Ucrania, como el sufrimiento de los pueblos cuyos gobiernos se sumaron obedientemente a las brutales sanciones contra el pueblo ruso. Como decimos en Ecuador: “más claro no canta un gallo”.
Es hora de entrar en razón y cambiar el curso de la guerra, dejando de lado esas ansias desmedidas y atrabiliarias de hegemonía global “cueste lo que cueste”. Más aún cuando el mundo entero enfrenta la debacle climática ocasionada por otros errores humanos y que también amenaza nuestra existencia como seres vivientes. Todos los esfuerzos globales deben canalizarse a la solución pacífica y urgente de este inmenso problema.
José Risco Intriago.
MANTA (Año 100 del cantón), Ecuador, lunes 10 de octubre del 2022.
OPINIÓN PROVOCADORA 